lunes, 15 de enero de 2018

Los Cuentos de Pomelo.

En casa somos muy fans de Pomelo. Es un elefantito que vive en un huerto, junto al caracol Gigi. la tortuga Gantok, su flor de diente de león, las hormigas, patatas...
Pomelo es muy curioso y no para de preguntarse cosas acerca de cuestiones fundamentales de la vida, y lo hace con un sentido del humor muy inteligente. 







Los Cuentos de Pomelo

Editados por Kókinos, escritos por Ramona Badescu e ilustrados por Benjamin Chaud

Pomelo Crece es uno de los primeros cuentos que saqué de la biblioteca para leer a O. cuando tenía pocos meses, y me gustó mucho (por aquel entonces O. no daba su opinión sobre los cuentos) así que lo añadí a mi lista mental de cuentos que releer. 
Al final, el año pasado en la feria del libro infantil y juvenil, compré Pomelo y el increíble tesoro, y el resto los hemos ido sacando de la biblioteca.




Pomelo crece: Crecer no es tarea fácil para un niño. Y menos para un elefantito de huerta como Pomelo. Las preguntas brotan como fresas y las respuestas se esconden como patatas. Miedos y descubrimientos se entretejen en esta maravillosa aventura de hacerse mayor.





Pomelo y la gran aventura: Pomelo hace su equipaje –en el cual no se olvida de meter un buen libro y su valor- y se marcha con el corazón puro hacia lo desconocido. Sufre algunos inconvenientes, se desconcierta, tiene ganas de llorar, de “mamáypapá”, pero también obtiene algunas respuestas, escucha nuevas palabras, se abre a lo imprevisto, a lo luminoso, a lo intangible.





Pomelo y el increible tesoro: Pomelo se despierta en la playa, solo y perdido. Pero a partir de entonces, a lo largo de la historia, vivirá momentos felices, luminosos, desconcertantes, insólitos… Pomelo aprenderá que los vínculos no son fáciles y que hay ratos para jugar con alguien y otros en los que hay que estar solos, que cada uno tiene un espacio propio, a veces inaccesible para el otro... Y sobre todo aprenderá una gran lección: Hay que disfrutar de cada instante porque en todos hay un tesoro y también hay que reconocer y valorar los tesoros que cada uno lleva dentro de sí.




Los recuerdos de Pomelo: Pomelo, el adorable elefantito de huerto se ha puesto nostálgico. Quiere recordar sensaciones, sentimientos y personajes de su intensa vida y para ello va a necesitar la ayuda de los lectores y de sus lápices de colores.
Pomelo recuerda cuando vivía en el huerto con su amiga Patata, un sueño azul que tuvo, los colores de los tomates, al caracol Gigi, a su flor amarilla de diente de león, al cielo antes de la tormenta…
Recuerda también cuando se despidió del huerto para ver el mundo, cuando se sintió triste, solo, feliz, elefantástico. Recuerda las noches agujereadas de preguntas, pero casi no se acuerda de una historia con una tetera… 




Pomelo Descubre: Pomelo, el adorable elefantito de huerto va de paseo con su amada Estela, la estrella de mar y, paso a paso, empieza a descubrir sensaciones, sentimientos, aspectos de la vida y del mundo en los que no había reparado y que lo hacen reflexionar... Descubre, por ejemplo, que el aburrimiento depende de uno mismo, que el amor da ligereza, que, paradójicamente, las cosas se ven mejor de lejos que de cerca, que las emociones pueden cambiar a la velocidad de las nubes, que hay realidades que a uno no le gusta descubrir, que hay descubrimientos que son tesoros y que son más maravillosos si se comparten. 





Pomelo es feliz: Para disfrutar de las 3 historias del elefante más pequeño, tierno y divertido del huerto, sólo hay que abrirse paso entre 75 zanahorias, 83 nabos y 122 puerros hasta llegar a una flor de diente de león.





Pomelo sueña: Pomelo, el elefantito de huerto no deja de sorprendernos. Hoy sueña cosas muy extrañas, mañana conoce a una patata muy rara y encima, decide celebrar el Carnaval el día menos pensado.



Pomelo es elefantástico: Pomelo es fabuloso, guapo, incansable y hasta impermeable. Por si esto fuera poco, es el elefantito más enamoradizo del huerto. ¡No hay más que ver lo rojo que se pone el undécimo rábano de la tercera fila cuando Pomelo le mira!




Pomelo viaja: Pomelo decide emprender un viaje hacia los desconocido. En esta aventura pasará por muchas situaciones sorprendentes, divertidas y bastante vertiginosas. Y como Pomelo es un elefantito filósofo tendrá que hacerse preguntas fundamentales. Por ejemplo:”¿Soy una patata?”.






Pomelo al otro lado del huerto: Crecer y cambiar no es fácil para el elefantito Pomelo. Se siente raro, solo, triste, un pelín asustado, pero sabe que tiene que decir adiós a su huerto conocido para descubrir algo nuevo; lo que hay al otro, el mundo. 






Pomelo se pregunta: Pomelo tiene la trompa llena de preguntas:¿Y si no existiera el huerto? ¿Y si Rita le mirase? ¿Cómo sabemos que es primavera? A esta última cuestión, contesta con una simpática comedia musical. Y después de tanta alegría, Pomelo siente ganas de estar un poco triste. Pero sólo un pelín.






Los colores de pomelo:  En el mundo- y más aún en el huerto donde vive el elefantito Pomelo- las cosas no son blancas o negras. Ni siquiera es lo mismo el blanco del invierno que el de la leche. Y menos el rojo de una promesa que el de la ira. Pomelo será feliz descubriendo cada matiz de la divertida paleta. 







Pomelo y los contrarios: Cuando Pomelo era muy pequeño no distinguía entre lo alto y lo bajo, lo duro y lo blando, las preguntas y las respuestas, el principio y el final... El entrañable elefantito de huerto vuelve a enamorarnos con su ignorancia y, en contrapartida, con su sabiduría. No se trata de un libro más de los muchos que existen para que los niños aprendan a diferenciar los conceptos básicos.







Pomelo y las formas: Pomelo, el elefantito de huerto, vive haciéndose preguntas y ensayando respuestas. Ahora decide reflexionar sobre la forma de las cosas y su propia forma. ¿Él es redondo como un guisante, triangular como una montaña, plof como un helado derretido? 












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